viernes, 26 de marzo de 2010
AUTECO LAMBRETTA COLOMBIA
Durante los primeros años de la década de los 50 AUTECO estableció contacto con la fábrica italiana Innocenti, productora de las motonetas Lambretta, cuyos derechos de ensamble, fabricación gradual y venta para Colombia fueron adquiridos, comenzando su comercialización en 1954 a un precio de $1.600 pesos.
Vehículos como la Vespa y la Lambretta, tuvieron sus orígenes en la destruida y empobrecida Italia de la post-guerra, cuando los antiguos fabricantes de equipos militares debieron reconvertir su producción hacia el sector civil y por esto se dieron a la tarea de diseñar un medio de transporte práctico y económico que sirviera para movilizar nuevamente a los italianos, factor clave para el resurgimiento económico de ese país. Fue de esta manera como crearon el concepto de la motoneta, que satisfizo todos los requerimientos para los cuales fue concebida. Por estas mismas razones, Auteco se dio cuenta de que este vehículo sería exitoso y de gran utilidad en nuestro medio, como en efecto sucedió.
El Club Auteco Lambretta fue toda una institución que dejo huella en una generación, arriba vemos un paseo del club de Cali.
Paralelamente, la empresa siguió desarrollando durante los años 40 y 50 su actividad de distribución de repuestos para automotores, mediante una amplia red con la cual cubría todo el territorio nacional. También importó automóviles Nash, camiones Federal, tractores Gravely y hasta vendió vehículos Renault, antes de que se estableciera Sofasa en Colombia. Adicionalmente, en 1956, los directivos de la compañía, inquietos con el tema de ensamblar vehículos en nuestro país, participaron en la creación de Colmotores S.A. (Compañía Colombiana de Automotores S.A.), actual ensamblador de Chevrolet. Los primeros vehículos que ensambló esta nueva empresa fueron automóviles y camiones Austin, ingleses, los cuales distribuyó Auteco, aunque sólo en la ciudad de Cali.
En 1961, el Gobierno Nacional otorgó a Auteco la primera licencia de ensamble y fabricación de motocicletas en Colombia y en el grupo andino, con lo cual la empresa comenzó una nueva era, pasando a ser esta su actividad principal. En 1962 adquirió las instalaciones de Itagüí, al sur del Valle de Aburrá, donde más adelante, en 1968, concentró todas sus operaciones y donde permanece hasta la fecha. Durante esa década, se incrementó sustancialmente la producción de las Lambretta, gracias a su gran éxito comercial. Una experiencia que fue muy positiva y que le dio gran reconocimiento a este modelo, fue la creación del “Club Auteco Lambretta”, que organizaba diferentes actividades para sus usuarios, entre ellas paseos por todo el país, que seguramente serán gratamente recordados por los aficionados de aquella época.
Desde la creación de Colmotores en 1956, la idea del gobierno consistía en fabricar en Colombia un 10% de los componentes por año, hasta producir localmente la totalidad del vehículo en el término de 10 años. Esta meta no se alcanzó a cumplir, ni en el campo de los automóviles ni en el de las motocicletas, por razón de nuestro precario desarrollo industrial. En la producción de la Lambretta, Auteco alcanzó a producir localmente un 75% de la misma, pero computado al peso (no al valor).
En esos años, las Lambrettas incursionaron en las competencias gracias a corredores como Álvaro Cano, Orlando Vélez, Jaime Echevarría y Horacio Piza, (trabajador de Auteco), quienes les hicieron todo tipo de modificaciones consiguiendo que fueran muy rápidas, con lo cual sorprendieron a más de uno y lograron importantes victorias en los circuitos nacionales de velocidad. También se recuerda especialmente la motoneta de un piloto de apellido Echevarría, que, desprovista de casi todas sus parte metálicas y con las llantas llenas de tornillos para dar más agarre en tierra, participó en carreras de motocross en la antigua pista de la Arenera y según testigos presénciales, era increíble lo que corría y saltaba en ese difícil terreno esta motoneta modificada.
Un punto de quiebre se dio a principios de los años 70, cuando la fábrica Innocenti dejó de producir las Lambretta debido en parte a conflictos laborales y a que los usuarios italianos de este producto fueron cambiando sus preferencias por automóviles de bajo costo que estaban cada vez más a su alcance, como el Fiat 500, más recordado como Topolino, o por motocicletas japonesas que venían imponiéndose en el mundo. Por esta razón vendieron al gobierno de la India toda la maquinaria de la planta para montarla en ese país, de donde no podían seguir enviando el material de ensamble hacia Colombia, porque no daban abasto para cubrir la demanda interna.
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